El uso de energías renovables constituye una de las claves para lograr la sostenibilidad energética. Además de buscar la eficiencia en el uso de energía, para no malgastarla, se deben aprovechar las energías que no agotan recursos y tienen menor impacto ambiental.

Qué son las energías renovables

Las energías renovables son las que se consiguen de fuentes naturales, inagotables o con capacidad de renovación ilimitada. Como decíamos, estas energías se han convertido en un elemento esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que pretenden conseguir la sostenibilidad a nivel mundial (BBVA, 2019).

Se caracterizan por no utilizar combustibles fósiles y se las conoce también como energías alternativas o verdes (Factor Energía, 2018). Su bajo impacto ambiental se debe a que no generan residuos y son fuentes de energía autóctonas, porque se pueden desarrollar dependiendo de las características del lugar (BBVA, 2019).

Hay diversos tipos de energías renovables: entre otras, la que aprovecha la radiación solar, la que utiliza la fuerza cinética del viento, la que usa el empuje de las corrientes de agua y las que procesan biomasa vegetal o animal (Factor Energía, 2018). A continuación las analizaremos en detalle.

Tipos de energías renovables

Solar

Es la que proviene del aprovechamiento directo de la radiación del sol, de la que se obtienen calor y electricidad. Esta última puede almacenarse o volcarse a la red eléctrica. El calor se consigue mediante colectores térmicos y, la electricidad, con paneles fotovoltaicos (Mundo Chapín, 2018).

También existe energía solar termoeléctrica. Esta utiliza la radiación solar para calentar un fluido (que puede ser agua), hasta producir vapor y accionar una turbina que genera electricidad (Factor Energía, 2018).

La energía solar es una de las renovables que más posibilidades tienen de desarrollarse, porque el sol puede ser aprovechado en cualquier parte del mundo. Además, este tipo de renovable puede servir en lugares a donde exportar energía es muy complicado y costoso (BBVA, 2019).

Dada la posición geográfica de Guatemala, se cuenta con radiación solar durante casi todo el año (Mundo Chapín, 2018).

Eólica

La generación de electricidad se lleva a cabo con la fuerza del viento. Como resultado de su movimiento, la energía cinética puede transformarse en energía útil para bombeo de agua y generación de energía eléctrica, entre otras cosas (Mundo Chapín, 2018).

Los molinos de viento de los parques eólicos son conectados a generadores de electricidad, que transforman en energía eléctrica el viento que hace girar sus aspas (Factor Energía, 2018).

Los parques eólicos ofrecen una buena solución para muchas regiones, por el bajo coste de la producción eléctrica y su carácter no contaminante (BBV. 2019).

Hidráulica

Es la energía obtenida de las corrientes de agua de los ríos. La gravedad hace que el agua fluya de un terreno más alto a uno más bajo. Así se crea una fuerza que puede accionar generadores de turbina y producir electricidad (Mundo Chapín, 2018).

La  hidroeléctrica es otra de las energías más conocidas. Utiliza la fuerza del agua en su curso para generar electricidad y se produce, normalmente, en presas (Factor Energía, 2018).

Hay que tener en cuenta que, aunque la energía hidráulica es renovable, porque no contamina y, debido al ciclo del agua, es inagotable, la construcción de presas o sistemas de retención del caudal del agua sí provoca un impacto ambiental al modificar el ecosistema (BBVA, 2019).

Biomasa

Es el conjunto de materia orgánica renovable de origen vegetal, animal o procedente de la transformación natural o artificial de la misma. La energía se obtiene a través de su quema o su procesamiento para conseguir otro tipo de combustible (Mundo Chapín, 2018).

Para su conversión son necesarios los digestores anaerobios, dispositivos usados para el procesamiento de estos residuos orgánicos. Tras procesarlos, se obtiene biogás (BBVA, 2019).

Biogás

Como decíamos, para llegar a él, se necesita antes la biomasa (BBVA, 2019). Al biodegradar materia orgánica, mediante microorganismos, en dispositivos sin oxígeno, se genera un gas combustible, que se usa para producir energía eléctrica (Factor Energía, 2018).

Energía del mar

La energía mareomotriz o undimotriz (según si aprovecha la fuerza de las mareas o de las olas), es la producción de energía eléctrica gracias a la fuerza del mar (Factor Energía, 2018).

La metodología que se emplea implica la instalación de generadores, que aprovechan el movimiento del agua del mar de forma similar a las turbinas eólicas (BBVA, 2019).

Geotérmica

Es la energía procedente del calor acumulado en la corteza terrestre y que puede ser utilizada para la producción de calor y energía eléctrica a partir del vapor natural de la tierra. En Guatemala, se aprovecha este recurso en baños termales de Quetzaltenango, Chiquimula, Santa Rosa, El Progreso, Jalapa, Totonicapán y Quiché (Mundo Chapín, 2018).

La energía geotérmica aprovecha las altas temperaturas de yacimientos bajo la superficie terrestre (normalmente volcánicos) para la generación de energía a través de calor, porque suelen estar a 100 o 150 grados centígrados (Factor Energía, 2018).

La FAO anticipó hace tiempo que este tipo de energía sería muy beneficiosa en los países en desarrollo, porque puede ser usada en el secado de alimentos o la pasteurización y esterilización de la leche (BBVA, 2019).

10 beneficios de las energías renovables

 

·         Son respetuosos con el planeta y cuidan el ambiente, como alternativa a las energías no renovables, que contribuyen al cambio climático pues no generan dióxido de carbono y mejoran la calidad del aire.

·         Ayudan a minimizar la dependencia de los combustibles fósiles. Así fomentan la sostenibilidad productiva y ambiental, y ayuda a avanzar hacia la transición energética.

  • Son inagotables y de acceso gratuito. Por eso proporciona a muchos países independencia energética: les permite producir electricidad a su manera y con sus propios recursos.
  • Generan empleos directos e indirectos. Así contribuyen al desarrollo económico de las regiones, generando prosperidad laboral y financiera.
  • Pueden ayudar a bajar los costos de producción de electricidad a favor del usuario final. Los avances tecnológicos en este ámbito han permitido que la producción sea menos costosa.
  • Limita el daño ambiental de las industrias extractivas, que pueden contaminar el agua, los suelos y el aire.
  • Ayudan a reducir la generación de residuos y desechos nocivos. Y dan una respuesta efectiva al problema del control de desechos sólidos, porque pueden generar electricidad a través de los residuos orgánicos (como la biomasa).
  • Ofrecen acceso a la electricidad a poblaciones remotas, donde es difícil suministrarla mediante la red pública. Porque gran parte de las fuentes de energías renovables se ubican en zonas lejanas y con difíciles condiciones geográficas. Además, estas energías pueden desarrollarse a pequeña escala, incluso a nivel de usuario, por lo que ofrecen una opción económica, eficiente y ecológica.
  • Son competitivas y tienen apoyo a nivel mundial. Ofrecen un buen precio a los usuarios y reciben un gran apoyo político: existen compromisos internacionales para impulsarlas, por ser eficientes y amigables con el ambiente.
  • Son seguras para las poblaciones cercanas porque, a través de sus procesos, no pueden provocar desastres ni problemas a gran escala (Geologíaweb, 2021).

Tendencias de aplicación de las energías renovables en el mundo

La industria de las energías renovables tiene mucho trabajo por delante. El sector afronta importantes desafíos y el gran reto de acelerar la transición energética para alcanzar los objetivos marcados de cara al 2050.

Para lograrlo, actualmente hay tres fuertes tendencias que están marcando el mercado:

Innovación y digitalización

La innovación y la creciente tecnología permiten ampliar la potencia instalada y su explotación. La digitalización está generando nuevas soluciones de alta eficiencia. Registrar y analizar los datos permite conocer la situación de las fuentes generadoras, detectar fallos rápidamente y mejorar los resultados. Además, genera empleo y da oportunidades de negocio a pequeñas y medianas empresas.

También permitirá a las energías renovables competir con las energías tradicionales, gracias a la reducción de precios, porque el progreso técnico y el aumento de la demanda están dejando caer los costes de inversión en energías renovables.

 

Gracias a la digitalización, los gobiernos pueden contar con herramientas de IoT (Internet de las Cosas), en combinación con la inteligencia artificial, para afrontar las dificultades de la transición energética. Así se puede realizar una correspondencia optimizada entre la generación de energía y la demanda a nivel regional, anticipando un futuro energético más centrado en la demanda, donde el suministro energético siga perfiles de carga específicos (Información, 2021).

Acuerdos de colaboración

Para combatir el cambio climático, muchos estados se comprometen a contar con una red de energía 100% renovable para 2050. Para ello, deben colaborar con el sector privado y la sociedad (cada vez más comprometidos ambientalmente), para promover energías renovables. Deben innovar tecnológicamente y adaptar marcos legislativos en pro de las energías limpias, para una transición energética eficaz (Información, 2021).

Una red eléctrica más segura y con mejor almacenamiento

El aumento de la temperatura y la inestabilidad climática provocan caídas en la red eléctrica, por eso se requiere aumentar su resistencia. Además, el almacenamiento de la energía crece progresivamente y se espera un aumento en la electrificación, por el mayor número de coches eléctricos y edificios inteligentes. Por todo ello, se precisan seguimiento y control de la demanda y la producción y tecnologías de almacenamiento avanzadas y seguras (Información, 2021).

Como puedes ver, en este tiempo de transición energética, las energías renovables tienen una importancia fundamental. Afrontan grandes desafíos pero también se abre para ellas un horizonte muy esperanzador.