Los dispositivos fotovoltaicos (FV) generan electricidad directamente de la luz solar a través de un proceso electrónico que sucede naturalmente en ciertos tipos de materiales, llamados semiconductores. Los electrones en estos materiales son liberados por la energía solar y pueden ser inducidos a viajar a través de un circuito eléctrico, alimentando aparatos eléctricos o devolviendo electricidad a la red.

Los dispositivos FV pueden ser utilizados para alimentar aparatos pequeños como calculadoras, hasta hogares y grandes edificios comerciales.

¿Cómo funciona la tecnología FV?

Los fotones golpean e ionizan el material semiconductor en el panel solar, liberando los protones de sus vínculos atómicos. Debido a la estructura de los semiconductores, los electrones son forzados en una dirección, causando el flujo de corriente eléctrica. Las celdas solares no son 100% efectivas en celdas solares de silicio cristalino, en parte porque solamente cierta luz dentro del espectro puede ser absorbida. Alguna luz es reflejada, la infrarroja es muy débil para generar electricidad y la ultravioleta crea energía térmica en lugar de eléctrica.

Historia de la tecnología fotovoltaica

El efecto FV fue observado en 1,839 por Alexandre Edmund Becquerel y fue objeto de investigación científica durante los inicios del siglo XX. En 1,954, los laboratorios Bell, en EE.UU., introdujeron el primer dispositivo FV que produjo una cantidad útil de electricidad y para el año 1,958, las celdas solares eran usadas en una variedad de aplicaciones científicas y comerciales.

Durante años, el alto costo de la tecnología hizo de su aplicación a gran escala algo impráctico, sin embargo, los avances en la industria y la investigación de épocas más recientes han hecho de los dispositivos FV algo más factible, incluso en la actualidad continuamos experimentando un ciclo de incremento de producción y reducción de precios.

Hoy existen miles de modelos de paneles disponibles de cientos de compañías.