El uso de energía es una de las causas fundamentales del cambio climático. Representa alrededor del 60 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, se están dando pasos importantes para revertir esta situación y lograr un desarrollo humano que no ponga en riesgo la vida en el planeta. Aquí te explicamos qué es el desarrollo sostenible y cuál es su vínculo con el uso de la energía.

Además, te presentamos los Objetivos de Desarrollo Sostenible que propone Naciones Unidas de cara a 2030. En concreto, profundizando en los que pretenden garantizar energía asequible y no contaminante. Analizamos estas cuestiones esenciales para el cuidado del ambiente y cuál es la situación de Guatemala con respecto a ellas.

Qué es el desarrollo sostenible

Es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones. Además, garantiza el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del ambiente y bienestar social (Sostenibilidad Mundial, s.f.).

El desarrollo sostenible tiene muchos beneficios, entre ellos:

  1. Reactiva el desarrollo económico, principalmente en países empobrecidos, sin comprometer los recursos naturales.
  2. Atiende a las necesidades humanas esenciales (alimento, energía, educación, saneamiento…).
  3. Conserva y mejora la base de los recursos utilizados en actividades humanas.
  4. Reorienta la tecnología, prestando atención a factores ambientales y adaptando las innovaciones a las condiciones socioeconómicas de los países empobrecidos (Click to Action, 2019).

Desarrollo sostenible y energía

Un desarrollo energético sostenible debe compaginar las necesidades del crecimiento económico y el desarrollo humano, con las exigencias ambientales. Además, debe implicar a gobiernos, empresas y sociedad civil.

La utilización de energías limpias y renovables ofrece muchas ventajas, porque ayuda a reducir las emisiones de gases efecto invernadero, evita el uso de combustibles fósiles y no genera residuos contaminantes. Por otro lado, facilita llevar energía eléctrica a comunidades alejadas, de forma accesible. Además, disminuye enfermedades relacionadas con la contaminación.

Económicamente, propicia precios más competitivos y reducción de tarifas de algunos servicios (como luz, agua y gas). También genera empleos de forma directa e indirecta. Las tecnologías renovables, especialmente la fotovoltaica, ya pueden competir con las fuentes de generación basadas en combustibles fósiles.

Qué son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

Después de abordar qué es el desarrollo sostenible, conviene detenernos a profundizar en una herramienta destinada a lograrlo. Esta fue propuesta por Naciones Unidas y asumida a nivel global, con enfoques particulares en cada país. Hablamos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En 2015, la ONU acordó la Agenda de Desarrollo 2030. Esta contiene 17 objetivos y 169 metas de aplicación universal, teniendo en cuenta la realidad de cada país (Naciones Unidas Guatemala, s.f.). Con los ODS se buscan alcanzar las siguientes metas:

  • La erradicación de la pobreza y el hambre, garantizando una vida sana.
  • Universalizar el acceso a servicios básicos, como agua, saneamiento y energía sostenible.
  • Apoyar la generación de oportunidades de desarrollo a través de la educación inclusiva y el trabajo digno.
  • Fomentar la innovación e infraestructuras resilientes, creando comunidades y ciudades capaces de producir y consumir de forma sostenible.
  • Reducir las desigualdades en el mundo, especialmente las de género.
  • Cuidar el ambiente, combatiendo el cambio climático y protegiendo los océanos y ecosistemas terrestres.

Los ODS y la energía

De los 17 ODS, hay varios que están relacionados, directa o indirectamente, con las energías y su uso sostenible. El que hace referencia directa a este tema es el número 7: “Energía asequible y no contaminante”. Pretende garantizar el acceso a una energía segura, sostenible y moderna para todos.

Otros objetivos incluyen, de forma implícita, la eficiencia energética. Como el que promueve construir infraestructura resiliente, apoyar la industrialización sostenible y la innovación. En este caso, el buen uso de energía estaría enmarcado en el ámbito empresarial. Vinculado a este, hay un objetivo que fomenta la producción y el consumo responsables: ambas actividades incluyen el uso de energía en la industria y a nivel particular.

Un ámbito en el que es importante un uso sostenible de la energía son las ciudades. El objetivo que pretende lograr comunidades sostenibles, implícitamente, requiere de eficiencia energética. Y, por supuesto, el objetivo que busca adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos contempla el uso de energías renovables y la disminución de emisiones de gases contaminantes.

Otros dos objetivos en los que incide el uso de energías son los que promueven la conservación de la vida submarina y los ecosistemas terrestres. En ambos casos, gran parte de la contaminación proviene de un uso no sostenible de los recursos energéticos.

Por último, el ODS que busca generar alianzas para lograr los objetivos, contempla las asociaciones a nivel global para generar eficiencia energética, reducir el uso de energías no renovables y enfocarse al uso de energías limpias (Ecured, s.f.).

Objetivo 7: energía asequible y no contaminante

Ahora que sabes qué es el desarrollo sostenible, tienes clara la importancia de contar con una energía asequible y que no contamine. Los datos dan cuenta de la urgencia de esto; por ejemplo, más del 40 % de la población mundial, 3 mil millones de personas, depende de combustibles contaminantes e insalubres para cocinar (PNUD Guatemala, s.f.).

Como decíamos, el objetivo número 7 hace referencia a garantizar el acceso a energía asequible, confiable, sostenible y moderna para todos. En adición a esto, aborda la necesidad de aumentar la energía procedente de fuentes renovables y promueve tecnologías de eficiencia energética (SotySolar, 2021).

Para alcanzar el ODS7 para 2030, es necesario invertir en energías renovables (como la solar, eólica y termal) y mejorar la productividad energética. Hay que expandir la infraestructura y mejorar la tecnología (PNUD Guatemala, s.f.).

Veamos, a continuación, las metas concretas adoptadas en el país y el modo en que se avaluará su consecución.

Metas asumidas por Guatemala y sus indicadores

  • Garantizar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos. Se valorará su grado de consecución calculando la proporción de la población con acceso a electricidad y la de quienes usan, como fuente primaria de energía, combustibles y tecnologías limpias.
  • Aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas. Se evaluará por la proporción de energía renovable en el consumo energético final.
  • Duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética. Se valorará la intensidad energética medida en función de la energía primaria y el PIB.
  • Aumentar la cooperación internacional para facilitar el acceso a la investigación y la tecnología relativas a energía limpia. Esto incluye las fuentes renovables, la eficiencia energética y las tecnologías avanzadas y menos contaminantes de combustibles fósiles. La cooperación entre países también sirve para fomentar la inversión en infraestructura energética y tecnologías limpias. El indicador en Guatemala es la suma (en dólares de los Estados Unidos) movilizada por año a partir de 2020, como parte de su compromiso de aportarle al país 100.000 millones.
  • Ampliar infraestructura y mejorar tecnología para prestar servicios energéticos modernos y sostenibles. El indicador guatemalteco son las inversiones en eficiencia energética como porcentaje del PIB y del monto de la inversión extranjera para infraestructuras y tecnología sostenibles (Naciones Unidas Guatemala, 2021; Segeplán, 2016).

 

En definitiva, podemos decir que el desarrollo sostenible incluye, necesariamente, un uso eficiente de la energía. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible enfocados en promover la sostenibilidad energética constituyen una herramienta eficaz para contribuir al bienestar, proteger el ambiente y hacer frente al cambio climático (Naciones Unidas Guatemala, s.f.).