¿Sabías que Guatemala es el segundo mercado energético de Centroamérica? El país cuenta con una capacidad de generación de 3,7 GW. La energía está conectada, por el Sistema de Integración Eléctrica Centroamericana (SIEPAC), a Honduras y El Salvador. El norte de Guatemala también está conectado al sistema de transmisión de México (Sopelia, 2017).

El Ministerio de Energía y Minas supervisa la planificación del sector eléctrico, mientras que la Comisión Nacional de Electricidad (CNEE) se encarga de la regulación. Además, el Administrador del Mercado Mayorista organiza el despacho del sistema.

El mercado energético en Guatemala también tiene actores estatales y privados que actúan en la generación, transmisión, comercio y distribución. El país lleva a cabo subastas para adjudicar contratos de producción eléctrica, en las que las energías renovables pueden tener una cuota específica o competir con otras tecnologías. Estas subastas han sido el principal impulsor de la inversión en energías renovables (Sopelia, 2017).

Fuentes de energía más utilizadas en Guatemala

En el país las fuentes primarias son derivados en su mayoría del petróleo y las hidroeléctricas. Entre ellas, las principales son: búnker, diésel, hidroeléctricas, geotérmica, carbón mineral y biomasa (Mundo Chapín, 2018b).

El combustible que más se utiliza es el carbón, seguido por el búnker y, en menor medida, el diésel (Incyt, 2018). Entre las empresas generadoras en Guatemala están PQP (Puerto Quetzal Power), Duke Energy e Inde Guatemala (Pulso Capital, 2021).

Energía hidroeléctrica

La generación de electricidad en Guatemala inició en 1884, cuando se instaló la primera hidroeléctrica en la finca El Zapote, al norte de la capital, con capacidad para encender 135 lámparas. En 2018, en centrales hidroeléctricas conectadas al Sistema Nacional Interconectado (SNI), se alcanzó una potencia instalada efectiva total de 1,444.27 MW (MEM, 2019).

Energía geotérmica

Consiste en reservorios de roca porosa y permeable en la que, por circulación de vapor o agua caliente, se desarrolla un sistema de convección. El agua subterránea se filtra a profundidades de varios kilómetros, donde es calentada directa o indirectamente por el magma. Así, se expande y asciende a la superficie, a temperatura elevada, en forma líquida o de vapor, como géiseres o fuentes termales. Este recurso se encuentra cerca de lugares donde hay actividad volcánica o movimiento de placas tectónicas.

En Guatemala existen dos centrales de generación geotérmica conectadas al Sistema Nacional Interconectado y que suman una potencia efectiva instalada de 35.23 MW. Una, en el municipio de Zunil, departamento de Quetzaltenango, y la otra, en San Vicente Pacaya (Escuintla). Se aprovecha también este recurso en baños termales en Quetzaltenango, Chiquimula, Santa Rosa, El Progreso, Jalapa, Totonicapán y Quiché (MEM, 2019).

Cambios en el sistema energético

La situación del país ha evolucionado y tenido grandes cambios en los últimos años.

2003

Se aprobó la Ley de Incentivos para la Generación a partir de Energías Renovables.

2005

Se establecieron incentivos fiscales por 10 años. Estos incluían exención de impuestos de importación para materiales de proyectos de generación de electricidad a partir de una fuente renovable.

2010

Se lanzó el Plan de Expansión Indicativo del Sistema de Generación PEG-1. Su objetivo es que para 2022 al menos el 60 % de la energía se produzca a través de recursos renovables.

2012

La CNEE empezó a celebrar licitaciones: la primera adjudicó 393 MW a pequeñas plantas hidroeléctricas, eólicas, solares y de biomasa. Con contratos de compra a 15 años.

2014

La segunda licitación pretendía contratar 250 MW. Con un total de U$D 702 millones, ese año hubo un récord de inversión en plantas de biomasa, solares, hidroeléctricas y eólicas.

2015

Los primeros proyectos subastados comenzaron a conectarse a la red, pero las inversiones disminuyeron. Se generaron 10,3 TWh de electricidad. De estos, el 46 % provenía de combustibles fósiles, el 26 % de hidroeléctrica y el 28 % de renovables. La capacidad instalada de estas últimas aumentó 38 % (alcanzó 1 GW). El precio de la electricidad minorista cayó un 21 %.

2017

Se preparó una licitación de 420 MW por un período de 15 años (Sopelia, 2017).

2018

Guatemala era uno de los países que más exportaba al Mercado Eléctrico Regional, pero al final de ese año disminuyeron estas transacciones.

2019 y 2020

La exportación continuó la tendencia a disminuir. Entre otras cosas, porque se instalaron cuatro plantas solares y un proyecto eólico en El Salvador (uno de los mayores compradores). También dos plantas solares y dos centrales a base de búnker en Honduras y dos proyectos solares en Panamá. A mediano plazo, los intercambios de exportación de Guatemala con el Mercado Eléctrico Regional podrían seguir disminuyendo (AMM, 2021).

Principal reto de la energía en Guatemala: la sostenibilidad ambiental

Guatemala se encuentra en una posición estratégica para aprovechar recursos naturales renovables. Además, existen incentivos para desarrollar proyectos de energías renovables en los periodos de inversión, ejecución y operación (Mundo Chapín, 2018a).

El proceso actual, apoyado en la innovación tecnológica, apunta hacia un desarrollo sostenible. El Ministerio de Energía y Minas, con su Política Energética, promueve la inversión en proyectos de renovables. Así diversifica la matriz de generación eléctrica y estabiliza los precios de la electricidad a mediano y largo plazo. Lo hace mediante una ley en la que se establecen incentivos fiscales, económicos y administrativos (exención de impuestos) (MEM, 2019).

Como decíamos, Guatemala cuenta con una cantidad considerable de recursos renovables de energía, que han sido poco aprovechados. En concreto:

  • Hay un potencial de 6.000 MW de hidroeléctrica y 1.000 MW de geotérmica, pero se aprovecha solo el 24,1 % y el 3.5 % respectivamente.
  • Para desarrollar proyectos de solar, se cuenta con un valor anual promedio de radiación solar global de 5,3 kWh/m2/día.
  • Hay lugares para desarrollar proyectos de generación eléctrica a partir de eólica (MEM, 2019).

Además, la basura es una fuente energética que aún no se ha explorado. En Guatemala existen varios basureros de los cuales se podrían usar sus desechos para generar energía. Sin considerar limitaciones económicas y sociales, hay suficientes recursos energéticos renovables para su aprovechamiento a largo plazo (Mundo Chapín, 2018b).

Conviene terminar este perfil energético de Guatemala, contando que se espera que en 2027 el 80 % de la energía sea de fuentes renovables (AGER, 2021). Sin duda, es un desafío muy esperanzador, porque servirá para cuidar el ambiente y mejorar la calidad de vida.